Si alguien me preguntara que es lo más extraño o alocado que hago en mi rutinaria vida, eso solo tiene una palabra, más bien un nombre. Kwon.
Tres meses de que nos conocimos y nunca he visto su rostro más allá de sus lentes y tapabocas de los que no se deshace tan fácil; algo he podido distinguir de sus ojos, y ellos, son adictivos a los míos. Él conoce todo mi historial de vida, ya que cuando hablamos solo hablamos de mí; de él, solo se parte de su nombre
No sé si habrá algo que tema, o algo que no deba saber de él, pero ya es mucho el vivir en el anonimato y la intriga que en mi genera. Debo idear un plan o hacer algo para descubrir quién es realmente.
Es obvio que mi impresión será enorme al descubrir su identidad, pero lo que realmente temo, es que pase luego de aquel suceso.