Prólogo Era un día cualquiera por la tarde, día en la que salía por primera vez desde que nos mudamos, ese día estaba agradable y soleado. No quiero alejarme mucho de casa ya que mis ojos desconocen este lugar entonces me acerco a un árbol y me siento sobre el, disfrutando el paisaje de un parque hermoso y verde. De lejos veo alguien caminando cabeza abajo hacía acá pero no le tomo tanta importancia entonces vuelvo a al paisaje. Después de unos minutos volteó al mismo lugar de donde venía ese alguien y me sorprendo por ver a un chico con hermosos ojos y melena tan negra como el azabache.