Alejandro siempre vivió como un chico de su edad debía, no bebía, no fumaba, no solía tener muchos amigos, y sus notas eran perfectas. Vivía con el color gris, y el único toque de color, era Sebastián, un aventurero, amante de la adrenalina, pero cuando esa adrenalina, lo mando a la muerte, Alejandro ya no supo como vivir, ya no le encontraba sentido a su vida, hasta que aquella carta de invitación llego...All Rights Reserved