Luna, una joven de 17 años, ilusionada por el hecho de haber encontrado a un chico quien, aparentemente, se encuentra interesado en ella, no imagina el infierno que le hará vivir; decepciones, risas, llantos, pero que a pesar de todo, le enseñara lo más importante: aprender a quererse a uno mismo.
Una madre que la vive reprochando cada día por su peso, haciéndola sentir menos. Vive en un mundo sobre valorado y de ella dependerá poder salir de una burbuja que ella misma ha creado por miedo a ser lastimada de nuevo.
Amigos que no merecía tener, le clavaban puñaladas en la espalda, ¿Les suena familiar?.
Divertida, alocada, responsable, buena hija, excelente estudiante y nada de eso bastaba para mantener contenta a las personas que la rodeaban.
Gracias a las piedras que ha tropezado, al cabo de un año y medio, justo a los 19 años, su vida da un giro de 180°.
¿Será capaz de convertirse en quien realmente quiere ser? ¿Llegará un nuevo amor a su vida?
Una historia bastante real, basada en la vida cotidiana, te enseña que no hay nada de malo en tocar fondo, lo importante es aprender a tomar la mejor decisión:
¿Seguir hundiéndote o comenzar a nadar?...
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.