Era su primer día de clases y él no era muy interesante. Era de esos chicos que no socializaba mucho y que se metía en su propio mundo cuando leía libros. Pero un día la vio, era la chica más guapa de la clase y tenia una sonrisa preciosa, le gusto tanto que le aterrorizo que la chica lo llegase a rechazar si se lo decía, entonces decidió empezar a escribirle cartas todos los días y dejárselas en su escritorio; y así paso.
Siempre le mandaba cartas diciéndole cuanto le gustaba, y como se moría por estar a su lado, le hablaba de su hermosa sonrisa y de como se daba cuenta de que tenia a más de uno detrás de ella.
La chica todos los días se preguntaba: "¿Quién será, porque no se atreve a hablarme?".
Sin embargo con el tiempo la chica se fue ilusionando con tan lindas palabras que él le escribía. Pero él no se atrevía a hablarle, y ella pensó que no debería estar esperando algo que jamás pasaría.
Después de un tiempo, el chico se decidió a hablarle y le dijo:
- Hola, jamás pensé que haría esto. Quiero que sepas que yo soy el que te mandaba las cartas todos los días, la primera vez que te vi, me enamore de ti. No me atrevía a hacer esto pero pienso que ya era el momento.
Ella lo miro, con una cara de decepción, y le dijo:
- Anteriormente esperaba este momento todos los días, jamás te hubiera ignorado pues llegaste a mi corazón, pero ahora ya no sé que pensar. Eres un chico muy lindo y tus sentimientos son hermosos, pero ya hay alguien más en mi vida. No sabes cuanto lo siento.
Y el mundo de él, se derrumbo.
-No llores angel, ¿Quien te ha hecho tanto daño? -dice desde la sombras, la luz se ha apagado con el llanto del ángel.
-Aquel demonio -señala limpiando sus lágrimas-. Lo siento, debí tener más cuidado.
-El es quien debería tener más cuidado.
La sonrisa del diablo se ensancha, sabe que no hay nada que pueda impedir que lo haga sufrir, que torture a quien daño el ala de su ángel, quien astillo su dulce corazón.
No hagas llorar al ángel, no querrás obligar al diablo a salir del averno para ver la sonrisa de aquel angel que lo atormenta en sus sueños.
No querrán ver cómo los hace sufrir por separarlo de quién mantenía con luz el averno, que mantenía en cautiverio a la bestia.
El destino nos depara cosas inciertas, el camino puede ser largo y espinazo. Ten cuidado cuando hagas tropezar al ángel que te sigue y lo hagas llorar no querrás ver la venganza que tiene el diablo preparada para ti.