Para salvar a su pueblo de ser masacrado, Maeda es entregada a un hombre que acaricia con sangre y lleva muerte hasta en sus besos. Mientras suplanta a la difunta princesa para salvarse, ella tendrá que enfrentar el mundo sobrenatural y traicionero de su captor y las perversas noches que él puede darle, pues se dice que está maldito, y es obligado a matar a cualquiera a quién intente hacerle el amor. Cuidado, Maeda. Cuidado con el señor de la guerra o te hará arder en mil pedazos. Cantos paganos I.
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