Nos empeñamos en ser valientes y decididos a dar todo por todos. Para luego "sorprendernos" cuando nadie da nada por nosotros. Hay que cambiar las tornas de esas mentes trastocadas, y dar paso a la revolución. Ahora sí, se valiente, pero por ti, no por nada ni nadie, que esta vida, al fin y al cabo, es total y simplemente tuya.