Antes de vos, ya era con vos, lo sé, lo tengo claro. Siempre te busqué, aún cuando no te sabía buscada. Siempre te encontré en el germen de nosotros, que mesuraba con promesas los dolores de mi soledad. Siempre fiel al silencio de las horas muertas, que envuelven y guardan mis pequeños soles, para hacerlos brillar frente a tu sonrisa. Es próspero el mercader que aventura el intercambio: destinar adolescencias vanas, casi inhabitables, por vidas futuras redundantes en llanuras claras. Antes de pertenecer a sus miedos, el hombre ya era en el universo onírico; en anhelos y lágrimas de antepasados, que descansan ahora en sus hombros. Antes de partir nuevamente a los sueños, mi nombre vuelve al tuyo, y es ahí...eternamente.All Rights Reserved
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