Todos somos escritores. La vida es un libro del cual nosotros somos los escritores. Nuestro libro solo tiene hojas en blanco cuando nacemos. Tenemos solo una pluma de tinta negra, la única con la que podemos escribir nuestro libro. No hay libro o pluma igual. Cada enojo es arrugar la hoja, cada tristeza o decepción es una pequeña falta de ortografía que no podemos corregir, sino seguir adelante y buscar como lograr hacer que esta sea solo un recuerdo o una hoja en la que nos equivocamos. Debemos aprovechar la tinta de nuestra pluma mientras podamos, hay personas que tienen una gran historia por delante pero de pronto la tinta se acaba, no hay para mas. Cierras los ojos lentamente, deseando que el tiempo se detenga para poder contemplar todo lo que hay a tu alrededor, quizá poder escuchar un ultimo te quiero de tu mamá, sentir sus abrazos o solo dedicarle un sonrisa.
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