Části: 29 Dokončeno La lluvia caía con fuerza sobre la ciudad, empapando las calles desiertas y oscureciendo aún más la lúgubre atmósfera de aquella noche. El pequeño pueblo de Ravenshore dormía en silencio, pero en un oscuro callejón, la muerte volvía a reclamar su espacio.
El detective Noah Lancaster ajustó su gabardina y se agachó frente al cadáver. Otro chico. Otra víctima. Y la misma marca de siempre: Una pequeña caja roja, meticulosamente colocada sobre el pecho del muerto. Al abrirla, como era de esperar, no contenía nada.
Había llegado a Ravenshore hacía apenas unas semanas, decidido a resolver el caso que su hermano nunca pudo cerrar. Había crecido con historias sobre el asesino de la caja roja, el mismo que había llevado a su hermano a la muerte y que ahora, años después, seguía actuando con la misma precisión escalofriante.
Las gotas de lluvia resbalaban por su rostro, pero él apenas las sentía. Sabía que el asesino lo estaba observando, que le estaba dejando una nueva pieza del rompecabezas, como si disfrutara del juego. Pero lo que más le inquietaba era la única testigo de aquella noche.
A unos metros de la escena, una joven temblaba bajo la luz parpadeante de un farol. Su cabello empapado se pegaba a su rostro, y sus ojos, llenos de terror, miraban fijamente el cuerpo sin vida. Era hermosa, pero en ese momento, solo parecía una sombra a punto de desvanecerse.
- ¿Nombre? -pregunte con voz firme.
La chica alzó la vista, pero no respondió. Sus labios temblaron, como si incluso pronunciar su propio nombre fuera un riesgo. Di un paso hacia ella, intentando descifrar la desesperación en su mirada.
-Si viste algo, necesito que hables -insistí.