Tengo marcados en el fondo de mi corazón la última de tus sonrisas, la pureza de tu mirada y tu maravillosa caricia, hasta que de mi lado fuiste arrebatado. Ni el centenar de años pudo desaparecer la sombra de tu ausencia, ni la misma muerte me liberó del tormento. Hoy, por fin ha llegado el día, la hora en la que tu alma vuelve a surgir, y el aliento de vida me vuelve a invadir.All Rights Reserved