El Despertar de Audrey

Han pasado ciento dieciocho años, más de un siglo en el que permanecí dormida, sin sentir aquel dolor que me embargo por mucho tiempo, dejando que el tiempo transcurriera, que los años pasaran por encima de mi hasta el día de mi despertar.

Pero no tenía preocupación alguna, tenía mi eternidad cosa que valoraba mucho. Los problemas llegaron cuando me di cuenta que aquel sacrificio no había sido lo que esperaba, que aquel amor por el que lo di todo ya no estaba más, había desaparecido.

Él ya no era él, no era mi vampiro, ni mucho menos el amor de mi vida. Ahora solo era un humano, un simple y patético mortal, que no me conocía en lo absoluto, que desconocía por completo la persona que era, y que no recordaba en lo más mínimo ningún fragmento de nuestra trágica historia.