Todo le hace recordar al hombre guapo que le llevaba 8 años de diferencia, al chico dulce que sobre el escenario desprendía talento frente a la batería, el mismo chico que conocía absolutamente todo sobre la música argentina, al que le enseño a disfrutas de los paseos por el parque, a lo divertido que podían ser los cuentos infantiles, al que cada día le mostraba que podía pasar de ser apasionado a dulce, e incluso travieso.
Santiago quedó atrás, Buenos Aires también debería quedar guardado para siempre. Londres es su nuevo hogar, hogar del que ambos también disfrutaron tiempo atrás, pero del que ya no da señales de ser un lugar para dos.
"Ahora solo llueve, a la sombra donde nuestro refugio solía ser. Solo en la oscuridad de Greenwoods Bethlehem. Me caigo a tus pies. "