Intento

Me quedé esperando tu respuesta, a que me hablaras y dijeras que todo iba bien.

Pero ¿sabes qué? Nunca llegó.
Esperé tan tiempo que ya es difícil recordar.
Y todavía me obligo a recordarte, me permito recordar tus miradas tantas, mis sueños frustrados en un recuerdo lleno de melancolía.

Esperé hasta que la espera misma se burló de mi, hasta un punto en que ella esperó junto a mí.

Una mañana que no era mañana, le pregunté al vacío si tenía alguna lógica todo mi mundo lleno de murallas ya destruidas, si serviría de algo mi persistencia en esperar tu respuesta ya olvidada.

Pero como era tan parte del vacío no respondió sólo se escuchó un murmullo del tiempo, agrio y recio que me consolaba.

Hasta la misma lógica cuestioné, en busca de una razón para no perderme en mí misma.

¡Oh sabia luna, tu que fuiste testigo de mis noches más oscuras y con tu luz llena de compasión y sabiduría de ya ver a tantos como yo, me abrazaste y consolaste hasta que ya nada quedó, nada más que yo!

¿Y sabes qué?

Aún sigo esperando tu respuesta ya olvidada, la espero sin esperarla.