-...algún día encontrare un acompañante que quiera recorrer el mundo conmigo, desde fines de semana por carretera a perdernos con una mochila por la selva peruana.
No comenta nada, en lugar de eso continua leyendo títulos de lugares. Córdoba, Colonia, isla Capri, Kyoto, Nueva York, Costa Rica, Praga, Madagascar...
-Podría ser yo, tu acompañante de aventuras.
Estudio su cara, no hay ápice de estar bromeando, de hecho solo lo había escuchado hablar con esta seriedad en el veterinario (tampoco es que lo haya escuchado tantas veces hablar).
-Es que... pero... acabamos de conocernos Layton, no sabemos prácticamente nada del otro, bien podrías roncar, querer que nuestras comidas sean en el McDonalds o ser de esos que se suben al bus turístico con el gorro, las gafas de sol y la piel de un rojo cáncer.
-No me gusta el McDonald's, tampoco el Burger King ni el KFC, ya que estamos puestos, es probable que ronque, sobre todo cuando estoy congestionado, ¿y qué tienes en contra de los que se montan en el bus? Tú tienes guías que te dictan qué hacer.
-Son solo una sugerencia, los lugares se conocen a pie y perdiéndote, no en un asiento que circula a 60km/h.
-¿Qué me dices? Podría ser el mayor acierto o error de tu vida.