¿Conocen esa sensación de vacío que te embarga cuando algo malo esta a punto de suceder?
Es algo que resulta sumamente inexplicable y que a nadie debe de parecerle agradable.
Bueno, pues mi vida ah estado plagada de esa sensación desde que tengo memoria...a mis 24 años eh perdido a la persona que estoy segura habría estado conmigo en las buenas y en las malas, que me habría entendido, protegido y aceptado como soy sin pedirme nada a cambio más que amor incondicional, esa personita que ah alegrado cada día que eh vivido durante los últimos 8 años...mi pequeña princesita, mi adorada hija, Arishe.
Ella es una criaturita tan tierna, adorable y traviesa, ama jugar y reír conmigo y los que la rodean, una nena de tez blanca y hermoso cabello castaño y rizado que yo le eh envidiado desde que nació, y no me mal entiendan, yo adoro mi cabello que no es ni lacio ni rizado, y es mas bien de color negro, pero es que en ella se ve tan tierna la manera en la que se enroscan las puntas de su cabello que me dan ganas de tenerlo igual al de ella.
Eh perdido a mi tesoro más grande, y lo peor de todo es que se exactamente donde se encuentra, pero no puedo hacer nada para ir a buscarla y recuperar la, porque ella misma prefirió irse de mi lado, se que no merezco que me acepte ya que tengo miles de defectos, pero lo único que eh querido desde que la vi y la tuve entre mis brazos es que sea la niña más feliz del mundo, por eso mismo eh sido tan exigente conmigo misma, con su padre y lo peor de todo, con mi pequeña.
Por eso mismo me esforzare como nunca en la vida, estoy decidida a recuperar a la razón de mi vida, y no me detendré ante nada hasta conseguir su perdón y cambiar cada lágrimita que ha salido de sus dulces y tiernos ojos debido a mis exageradas exigencias, porque soy su madre y solo pido una oportunidad más para poder estar a su lado y verla crecer como lo que debe ser, una niña sana y feliz, antes de que sea muy tarde y realmente la pierdaAll Rights Reserved