Amy se había avergonzado cuando le dijo al chico del que llevaba enamorada hace tiempo que le gustaba. Ella creía que lo había hecho quedar en ridículo, y al no recibir respuesta supuso lo que él diría. Amy siempre alegraba a todos con sus sonrisas, pero ese día necesitaba que la hicieran sonreír a ella. Por suerte, los monos pueden ser muy alegres cuando quieren. Y ni decir que todo sucedió por una selfie...All Rights Reserved