Los demonios no ven el futuro, pero con su inteligencia muy superior a la del ser humano pueden deducir por sus causas algunas cosas que sucederán. No saben lo que uno decidirá porque "la libertad humana es el gran factor de indeterminación en sus previsiones", sostiene el P. Fortea. "Los demonios pueden tentarnos pero no pueden leer nuestros pensamientos