Entre ritmo y magia.

El papá de Melody la nombró así porque no había oído llanto más melodioso que el de su pequeña, o eso afirmaba. Y con el pasar del tiempo la pequeña no hizo más que hacerle justicia a su nombre.
Creció cambiando sus pequeños mechones negros a un sedoso y largo cabello azabache, pasó de ser pequeña y rellenita a toda una adolescente de finas curvas y prominentes labios. Lo que seguía igual eran sus brillantes ojos verdes mar, su inocencia y su voz.
Melody era toda luz y bondad.
Melody no entendía cómo existían personas que se negaban a ver la luz de la vida, no lograba comprenderlo.
Y conoce a Hugo. Y algo despierta en ella.
Pero Hugo es sombras y misterios.

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