"El chico no se podía creer que eran las siete de la mañana y él caminaba sólo y descalzo por la acera, después de la noche más extraña de su vida. Debido al cansancio, casi no nota a la linda chica que sumida en su propio mundo, miraba el amanecer sentada desde un banco, intentando escribir algo que entregar a su clase de literatura en menos de dos horas."