Angustia: Podría decirse que esa fue la razón de su danza a la luz de la luna aquella noche, una desesperada angustia alimentada por una asfixiante soledad. Cientos de intentos para ser escuchado, miles de ruegos y suplicas, hasta rendirse por completo, por esa razón, él nunca espero que su plegaria silenciosa, la única sin intenciones de ser escuchada fuera respondida, y por la persona menos pensada.