La mayoría de nosotros deseamos encontrar a nuestro amor eterno algún día. En el momento justo, ni antes ni después.
Sin embargo, nos lo imaginamos de alguna manera específica. Sin saberlo, le estamos dando características que nos encantaría encontrar en esa persona.
Y es por eso que nos decepcionamos. Encontramos a alguien que es prácticamente perfecto, pero no para nuestra persona. No tiene las características que deseamos e imaginamos en nuestra mente. No es la persona ideal.
Pero con él todo era diferente. Me sentía completa, me sentía... Yo.
Y ese fue mi error. Creer que estaba incompleta si estaba sola, porque no es así.
Al encontrarlo me sentí feliz.
Al perderlo, sentí que me moría.
Yo lo encontré, pero él seguía buscando.