Amo leer, amo escribir y amo hacer los trabajos de literatura que asignan en mi escuela. Pongo todo mi empeño y dedicación en ellos, y hasta puede llegar a tomarme dos días enteros. Pero una vez que los profesores califican lo realizado (después de leerlo, apurados por falta de tiempo y sin prestar demasiada atención a los detalles) queda archivado en cajas.
¿Experimentaron, alguna vez, la frustración que provoca el hecho que tanto trabajo quede guardado en un cajón? ¡Yo, si! Y como siempre, le busco una solución a todo lo que no me gusta; decidí plasmar alguno de ellos en un (éste) libro. Menudo lío tengo en mí quisquillosa mente, quien es culpable de mis ideas y de lo que escriben mis inquietos dedos.
Ensayos, monografías, y algún que otro informe...
... escritos que analizan obras literarias y las sitúa en un marco de interpretación.
No voy a mentir: son ejercicios asignados para literatura; pero tenía la imperiosa necesidad de compartirlo con ustedes, mis lectores, porque me resigno al olvido.