El viento tiene la palabra.

Dawson intenta con todos sus recursos ayudar a las tres mujeres de su vida; su mejor amiga, su hermana y su sobrina. A pesar de que las cosas están complicándose cada vez más para ellas, Dawson se convierte en su único comodín, él empieza a tener problemas propios y a pasarla mal, descubre que él estuvo cuando lo necesitaron pero duda sobre el apoyo que ellas le brindan.
Francesca empieza a lidiar con problemas reales, los cuales incluyen a su familia y amigos, obligándola a tomar decisiones que tendrán efectos colaterales que podría afectarle no solo a ella, de repente se ve sola en medio del gran desastre en el que se ha convertido su vida.
A veces la respuesta se obtiene callando, escuchando con atención, dejándole la última palabra al viento que siempre encuentra la manera de unir un par de cabos sueltos.