Amber Lee, una chica extrovertida, y poco sociable. Su vida, no fue la mejor de todas. No fue niña rica, ni nada por el estilo. Tuvo sus traumas, que se ven pocas veces en la infancia. Su vida en la niñez, no fue sólo color de rosas, junto con unicornios, arcoiris o dulces. No. Su vida de niña fue diferente.
Por ello una mañana, Amber busca algo de diversión para su vida, busca adrenalina. Quiso ir para aquel bosque llamado "Dead Forest". Quería saber si en ese bosque pasaban esas aterradoras historias de fogata que le contaban sus amigos. Dice la leyenda que en el "Dead Forest" todo aquel que va ahí, no vuelve. Siempre que algún valiente quiere visitar e investigar el bosque, no vive para contarlo. Amber era una chica que no creía en historias de fantasmas y demonios. Así que decide ir al bosque un 13 de febrero por la mañana. Un amigo (Christian Griffin) se ofrece para llevarla a la entrada del bosque, y se va. (Christian no es de esos chicos que son valientes con las mujeres. Es un chico tímido y muy temeroso) Amber empieza a recorrer el bosque, a dibujar los árboles y criaturas extrañas de aquel lugar. Cuando sigue caminando, se encuentra una clase de árbol hueco, entra ahí para saber qué cosa o animal vivía ahí. Sigue caminando y caminando... Cuando encuentra unas escaleras que llevaban hacia abajo. Ni el miedo, ni los ruidos extraños la detuvieron. Ella sin pensarlo baja despacio hacia ese extraño lugar. Llega hasta el suelo y lo único que miraba en su camino eran solo telarañas, oscuridad y humedad. Sigue caminando, dibujando y tomando fotos, cuando encuentra una sombra grande, extraña y gruesa. De una u otra forma sintió algo de miedo. Quiso salir, pero algo la agarró de los pies y la arrastra para el fondo del extraño hueco.