- se te antoja algo de comer? - pregunto Manuel.
- claro, pero solo tengo dinero para el metro, no te preocupes, te acompaño. - respondí.
- tranquilo Matteo podemos ir en el autobús de la escuela, dicen que no es tan malo - respondió sonriendo de lado sarcásticamente.
-de acuerdo, pero será sólo por hoy, tengo que llegar temprano a casa. - respondí mientras caminábamos hacia el cafetin.
Después de comprarnos dos donas subimos al autobús escolar, por suerte no estaría mucho ahí ya que vivía cerca a la escuela.
No hacía mucho que estaba estudiando aquí pero intentaba ganarme el cariño de todos, todo iba bien en mi vida, yo iría a entrenar fútbol, cuidaría de mi pequeña hermana y estaría con mi madre,pero lo mas importante nunca dejaría de lado a la fe que tanto me acompaña.
Bajé del autobús y trate de ponerme en la posición más correcta para poder cruzar y llegar a mi casa.
Hasta que de pronto venia un carro, a toda velocidad,me quede helado, como desearía haber hecho algo.
Ese mismo carro fue la causa de mi muerte, arrastrándome más de 50 metros, y muriendo de camino al hospital, viendo como lo único que quedaba de mi eran sólo recuerdos...
Recuerdos que dolerían..
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".