El marqués que asumió sus responsabilidades antes de tiempo. Ese era William. El hombre que tuvo que perseguir a sus hermanas por cielo y tierra para que no deshonraran a la familia. Para ese momento, lo único que él quería era llevar su puesto político en paz, lejos de mujeres, lejos de problemas, lejos de todo lo que figurara perseguir a una persona para que no hiciera locuras.
No necesitaba esposa, no de momento.
Importaban poco los herederos, el estatus, o lo que fuese que su madre y hermana argumentaran para convencerlo. De hecho, intentaron hacerlo dudar con la boda de una de sus mejores amigas, la mujer que todos decían: era perfecta para él.
Sin embargo, William le deseaba felicidad, qué se casará y tuviera los hijos, que se fuera con él y fuera feliz.
De lo que sí no se podría librar era de presenciar la boda, tendría que dejar todos sus cargos con tal de ver a Alice casándose con otro, esperando que en esa ocasión esa pobre chica llena de inseguridades y timidez, al fin lograra su objetivo y se casara.
Era una buena mujer, quizá demasiado callada y un tanto invisible para su gusto, pero era buena, siempre supo que estuvo enamorada de él, pero ahora se casaba y eso era lo mejor... debía serlo. Sobre todo cuando unas misteriosas cartas comenzaron a llegarle mencionando que se trataba de "una ayuda".
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-Quita esa cara, no es tan difícil, ya lo has hecho antes. Comienza a desvestirte o lo haré yo y ganas no me faltan.
Se lo roja que se podía ver mi cara, se lo húmeda que estaban mis mejillas, tal era la humillación que me hacia sentir bacía. Ya no lucharía, ya no quería que fuese mas difícil.
- todavía esta a tiempo, evíteme esta humillación y déjeme ir, por favor.
-suenas muy virginal, Sara. Deja de perder el tiempo y quítate la ropa, no finjas eso, no te funcionará.
-por favor... No quiero
- tendrás que complacerme, eso te enseñara a ti y a tus hermanos a no burlarse de mi.
Se me acercó con ira, comenzó a desatar mi vestido con movimientos bruscos. No pude evitar no llorar, la impotencia crecía en mi pecho y mi corazón parecía quererme salir por la boca.
-llevas vestido de una furcia, por lo visto lo habían planeado bien.
Su carcajada resonó llenando el silencio.
Quise aferrarme al vestido pero fue inevitable que no cayera al suelo, entonces cerré mis ojos y pude sentir como las demás prendas de mi ropa se le unían al vestido azul...
❤☀Esta historia es totalmente mia. Se prohibe cualquier adaptación, copia o plagio. Todos los derechos estan recervados.☀❤
#94 en novela histórica 17/05/2018
#24 en novela histórica 22/05/2018
#21 en novela histórica 19/08/2018
ADVERTENCIA❗❗❗❗
Historia aun en borrador. Tiene faltas hortograficas.✨