El 26 de Abril de 1986 ocurre en algún lugar de la vieja tierra soviética el peor accidente nuclear registrado hasta el día de hoy. Yakov Dimitriévitch Alexandrov y Natalia Ivanovna Volkova eran ingenieros nucleares que trabajaban en uno de los reactores de la central. Lo más rápido que pudo, el gobierno soviético construyó una ciudad llamada Slavutych para alojar a los residentes de Pripyat, la ciudad más cercana a la central accidentada, y allí, tras un tiempo viviendo en Kiev, fue recolocada la pareja. Allí tuvieron a su único hijo, Nikolai. Sin embargo, una filtración de agua en el reactor destruido provoca una explosión y un aumento de radiación en las zonas circundantes. Debido a esto, la población, incluidos Nikolai y Yakov, fue evacuada a Kiev, pero Natalia no se encontraba en casa en el momento de la evacuación. Tras el segundo éxodo, las autoridades no pudieron colocar una vivienda a cada habitante, por lo que los que no trabajaban en la central se vieron obligados a vivir con otras familias. Yakov preguntó a los funcionarios por su mujer, pero nunca más volvieron a saber de ella. A Yakov le dolía oír los llantos de su pequeño hijo preguntando por su madre, y resignado, decide volver a Slavutych, junto con científicos, liquidadores y afectados para intentar minimizar en lo posible las consecuencias del accidente. A partir de aquel día, los dos volverán a vivir solos en Slavutych, pero Nikolai tendrá que aprender a vivir una vida muy alejada de lo normal, en la que ser feliz es complicado.