El no solo me dio un hogar si no tambien me otorgo un nombre él cual fue Otabek, el no me desprecio por el color de mi pelaje negro, mas bien le encantaba esa parte de mi. A pesar de ser un gato le oculte a mi amo mis sentimientos, se que el no entera pero un día desperté a su lado, y por primera vez puse tomar su rostro con mis patas pero estas ya no eran esponjosas eran solo de piel y su forma había cambiado eran iguales a las manos de mi amo. Todo mi cuerpo cambio un día... le hable por fin.