Mi vida era un infierno constante, pero todo empeoro cuando la señorita Belarus se marcho, eso le permitió al Señor Ivan el tomarme como su juguete a su antojo, no había una noche en la que no dejara de pensar en las coas que me hacia. Pero al mismo tiempo enterrarme que mi amigo Peter estaba en la casa, y el era el próximo objetivo del señor Rusia. Muchas ya son las marcas que me hizo, quiero llorar pero ya no tengo lagrimas que derramar.