Grace Leanway se puede considerar una persona afortunada. Ha vivido la mayor parte de su vida en libertad, disfrutando de su niñez con su familia y amigos. Solamente a los diez años, cuando su poder se intensificó y los agentes lo notaron, fue trasladada a un centro. Aún así, todavía siente los altos muros de piedra cernirse sobre ella como paredes de clavos y apenas ve el cielo encapotado de Inglaterra a través de las raquíticas ramas de los árboles. Sin embargo, lo acepta. Al fin y al cabo, ¿de qué puede quejarse? Su vida era esta desde un principio. Pero con la llegada del chico de los cultivos y sus ojos avellana, la vida de Grace da un brusco giro y comienza a ver salidas por todas partes. Hay tantos fallos en el sistema... Pero solo para los que pueden verlos.