Siempre hay un roto para un descosido // Cristina González 2017 ©

Ella: casi treinta años. Soltera. Veterinaria. Tiene cuatro perros y un caballo. Quiere más a los animales que a las personas. En el fondo es buena gente. No odia a los hombres, pero tampoco le fascinan. Prefiere a las mascotas, desde luego.

Él: casi treinta años. Soltero. Traumado. Malas experiencias anteriores. En concreto, una. Muy pero que muy mala. Médico de familia. Tiene muy mala leche y está permanentemente de mal humor. ¿Es guapo? Pues claro, si no, ¿a cuento de qué la autora escribe esto?

Los dos viven en un pueblo pequeño escondido en las montañas, al norte de España. Es uno de esos pueblos donde las noticias vuelan y los rumores malintencionados se teletransportan.

Bienvenid@ a Villafranca, donde siempre encuentras un roto para un descosido.