Los colores del atardecer son tan cálidos como el amor de Elías, tan hermoso como lo es Malía, y tan cruel al esconderse como la traición al amor y la confianza. Después de haber cometido una serie de crimenes atroces Andrés no es capaz de establecer contacto con su hija, Malía. David, padre de Elías y el único preso al que se le permiten las visitas de su hijo decide ayudar mandando una carta de Andrés a hija a través su primogénito. Para Elías el trabajo es sencillo hasta que descubre cual es el contenido de la carta y peor aún, cuando conoce a la persona a la que debe entregársela; No es fácil ser el portador de arma que destruirá la vida emocional de la persona que amas.