Miró a toda la gente en la iglesia. Estaba justo en el altar, esperando. Esperándolo a él. Pero él nunca llego. María no quería aceptar la realidad que se dibujaba ante sus ojos. Después de todos los planes, de todos los años a su lado... después de haber renunciado a tanto. De haber renunciado a Esteban. ¿CÓMO? ¡Eso es mentira! Esteban, debe ser una broma, ¡Bruno no pudo haber escapado con Fabiola! María escuchó la conversación que Esteban sostenía con su madre y el mundo se le vino abajo... Precisamente por Fabiola, su hermana, ella había renunciado a Esteban y había preferido acercarse sentimentalmente a Bruno, el hermano de él... y ahora todo se reducía a nada. Se habían burlado de ella. ¿María? ¡Dios bendito! ¡No hija, esto es una equivocación! Por Dios María ¿a dónde vas? María camino con paso firme hacia la salida de la iglesia, Esteban la alcanzó corriendo pero ella se limitó a golpearlo con el ramo de novia que Diana, la madre de él, había preparado con las alcatraces del jardín. Después se separó de Esteban y corrió a tomar un taxi... Fue la última vez que la vieron... Aunque... ¿Qué pasaría dos años después? Esteban por fin la había encontrado. Se lo había prometido a los padres de María, a sus propios padres... y lo más importante, se lo había prometido a su corazón. Porque él la amaba, desde que eran niños, y ahora no la volvería a perder... Mi quinta historia terminada.
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