Narrador omnisciente:
La chica salía de su entrenamiento de porristas, era tarde, demasiado tarde en comparación a otros días, decidió que el chofer no fuera por ella, su casa estaba relativamente cerca de la escuela y se le hacia un desperdicio de gasolina, si ella podía caminar perfectamente.
Caminaba despistada observando el paisaje, su día no había sido tan bueno como ella quería, se había peleado con su mejor amiga y eso no le agradaba, estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de que la seguían, siguió andando hasta llagar a la entrada de un callejón, ya ahí se percato de que no llevaba consigo su celular, se debatió en si regresar o no, decidió seguir, ya mañana lo tendría de vuelta o mandaría al chofer por él.
Por otro lado la chica y el chico caminaban detrás de ella sin hacer mucho ruido, observaban cada movimiento que hacía, se miraron entre si y echaron a andar su plan, el chico corrió y le tapo la boca a la chica mientras la otra la inmovilizaba, la llevaron al final del callejón que extrañamente y para mala suerte de la chica no tenia salida, la amarraron y tiraron al suelo, la chica se removía incomoda y asustada, la otra solo reía y el chico se desabrochaba el pantalón, la chica asustada y llorando cerró los ojos y trato de pedir ayuda pero fue en vano, el chico se agacho y se puso encima de ella, comenzó a besar su cuello lentamente mientras la otra chica observaba atenta, la chica decidió que era tiempo de marcharse y dejar hacer a el chico su trabajo, pero no se fue sin antes decir:
-Hazla tuya
Dio media vuelta y se fue, dejando a la chica con ese monstro, que ahora seria parte de sus pesadillas.All Rights Reserved