La perdida de un amor nunca ha sido un grato recuerdo. A pesar de no querer recordarlo jamás, siempre se queda grabado en nuestra memoria y corazón.
Todos tenemos sentimientos, unos simplemente dejan de mostrarlos con miedo a ser lastimados,haciendo parecer que no sienten, dejando así de reír, llorar, hablar y sonreír. Estas personas parecerán frías por fuera, pero solamente son personas cálidas que algunas vez rieron, hablaron, personas que sonrieron, y tras haber sido heridos lloraron mucho, más de lo que podemos llegar a imaginar, pero dejaron de hacerlo, prometiendose así que jamás volverían a querer a nadie, para jamás volver hacer heridos.
Una pérdida nos provoca un dolor que jamás podrá entenderse, un dolor que a nuestra propia manera tratamos de superar, pero nunca lo logramos del todo. Las imágenes dolorosas constantemente se presentan en nuestra memoria en forma de recuerdos, recuerdos que son como un cuchillo traspasando poco a poco el corazón, dejando salir lágrimas intendibles, aquellas que sólo un dolor mortal las dejaría fluir, haciéndonos parecer débiles, pero dadas las circunstancias sólo son lágrimas de fortaleza, y de apoco apoco dándonos, " La sanación de un corazón".All Rights Reserved