No sedas -pensaba la pelirrosa- No sedas -se repetía- Mantente firme. No lo dejes ganar. Vibró su teléfono. Le llegó un mensaje. Biblioteca. Ahora. Era de él. Maldición. Maldición. Maldición. No lo hagas, Sakura, no lo hagas... -Kakashi-sensei -mierda- ¿Puedo ir a la enfermería? -Sí, claro -dijo con una mirada extrañada La pelirrosa se paró y salió corriendo hacia la biblioteca. En unos pocos minutos ya se encontraba frente a la puerta. "Entrar o no entrar... he ahí el dilema" Me voy a arrepentir de esto- se dijo a sí misma y abrió la puerta. -Llegas tarde -le reprochó el pelinegro -Oh cállate -dijo ella y le besó. Los besos eran largos y feroces. Las ansias los consumían por dentro. Sabía que no debía. Pero era imposible detenerse. "Advertencia: Contiene violencia y agresión física y lemon "