valeria_HL
la vida de Lia da un giro irreversible con el nacimiento de su hija, una pequeña que llega al mundo de manera prematura, adelantando el destino de todos. Frágil y a la vez poderosa, la niña se convierte en el lazo que une a Lia con Aegan para siempre, un vínculo que ella jamás hubiera deseado. Para Aegan, la bebé no es más que una heredera del apellido, un símbolo de poder que debe moldear a su imagen, mientras que para Lia representa un respiro de esperanza en medio de la oscuridad que la rodea. Adrik, por su parte, empieza a sentir una conexión inesperada con la pequeña, como si en ella pudiera ver la inocencia perdida que lo unió a Lia en la infancia, algo que amenaza con abrir viejas heridas y levantar sospechas. El nacimiento de la niña no trae paz, sino un nuevo comienzo de tensiones dentro de la mansión Cash. Cada gesto, cada silencio y cada mirada cargan con un peso imposible de ignorar. Porque la verdadera herencia de los Cash no es la riqueza ni el apellido: es la oscuridad que corre por sus venas y que ahora intenta reclamar también a la descendencia que acaba de nacer.