cruskis
Olivia trabaja en la floristería de su abuela, y Cristina en la cafetería literaria que hay justo al lado. Están pared con pared, y aunque no se vean todos los días, siempre terminan encontrándose.
Olivia se deja arrastrar por el olor del café recién hecho, y Cristina no puede evitar detenerse frente a los ramos, curiosa por descubrir qué flores nuevas han llegado.
Cuando anuncian el festival de primavera del pueblo, empiezan a darse cuenta de que pasar tiempo juntas es más fácil de lo que esperaban, y que quizá lo que buscan siempre estuvo justo al lado, escondido entre una taza de café calentito y el olor de un ramo de magnolias recién cortadas.