Mi deseo de transmitir tan súbito y desmesurado me mantienen intacta y a la vez, rota en millones de pedazos. He sido demasiadas personas y una sola. He vivido muchas vidas y sentido con muchas almas. En el fulgor de mi pluma, yacen un millón de historias intangibles, deseosas de llegar hasta ti como un beso de buenas noches. En cada historia te regalo un trocito de mi vida con el afán de verte volar. 
Los sueños no son sueños, es convicción lo que nos mantiene atados a este cúmulo de miserias al que desvergonzados, llamamos vida. Y en cada amanecer, se asoma a nuestra ventana un anhelo y una entereza digna de un guerrero. 
Gracias por concederme una oportunidad y por darle la bienvenida a mi mundo. 
Di no al plagio. 

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