Detrás de estas páginas, entre líneas y silencios, se encuentra la mirada curiosa de una filóloga inglesa. Alguien que, más allá de las palabras, ha hecho de la lengua un puente hacia lo que más ama: el arte, la historia y la música. No estudia el lenguaje solo por su forma, sino por lo que revela del alma humana, de los tiempos pasados, de las emociones que perduran.

Apasionada por los matices del inglés, ha recorrido manuscritos antiguos y poemas contemporáneos con la misma reverencia con la que se admira un cuadro en penumbra o se escucha una melodía lejana. Su formación filológica no es una camisa de fuerza académica, sino una llave con la que abre puertas a mundos paralelos donde Shakespeare conversa con Bach, y Turner pinta las escenas que Dickens escribió.

Este libro es, por tanto, un reflejo de esa sensibilidad interdisciplinar. Un espacio donde las palabras dialogan con las imágenes, donde cada capítulo lleva el eco de una sinfonía o la sombra de un óleo olvidado. La autora no solo escribe: interpreta, conecta, siente.

Bienvenidos a un viaje guiado por una mente que lee con los ojos del arte, escucha con el corazón de la historia y escribe con el alma de la música.