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Bien, como les prometí aquí les traigo el capítulo de hoy, espero lo disfruten aunque esta un poquito corto. ¡Gracias por sus comentarios!

Disfruten *guiña el ojo*.

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Como Wei Ying había dormido la mayor parte del día, supo que no podría volver a dormir. En cambio, había tomado una larga ducha, la segunda del día, y había explorado su nuevo hogar, aunque no había mucho que ver. Era un lugar bastante pequeño pero aún más grande que su apartamento en Nueva York.

Pasó la mayor parte de la noche sentado en una silla junto a la ventana de la sala de estar, mirando el océano, leyendo un libro que encontró. Se quedó allí, disfrutando hasta el último momento hasta que el sol comenzó a salir. Como la ventana daba al oeste, no corría ningún peligro inmediato, pero sabiendo que nunca podría ver la puesta de sol sobre el océano, lo llenó de una tristeza familiar.

Había tenido mucho tiempo para pensar, y el hecho era que le gustaba Lan Zhan. El tipo era un poco hosco y nunca se había sacudido la angustia adolescente que descaradamente tenía. Sabía que lo que RouHan había planeado para la pequeña ciudad no iba a ser nada bueno.

No quería ver a Lan Zhan lastimado, pero no había nada que pudiera hacer para ayudar.

El suave sonido de los ronquidos que lo habían acompañado durante toda la noche, se detuvo abruptamente con el repentino pitido del reloj de alarma de Lan Zhan.

Wei Ying siempre había gravitado hacia las grandes ciudades, creyendo que necesitaba mucho ruido para ahogar el silencio, pero la noche anterior, en su lugar junto a la ventana, escuchando las olas rompiendo suavemente contra el acantilado, había sentido una sensación de paz que no había sentido en mucho tiempo.

—¿Has estado despierto toda la noche? —preguntó Lan Zhan mientras caminaba hacia la sala de estar. Solo llevaba un par de pantalones de pijama a cuadros grises.

Wei Ying no sabía con qué distraerse primero: su pecho desnudo, que lucía una ligera capa de pelo, o sus pies descalzos, que nunca habían sido algo que encontrara atractivo hasta ahora.

—Uh, sí —respondió vagamente sin sentirse avergonzado cuando su mirada se llenó de su figura. Ahora estaban prácticamente casados, por lo que en lo que a él respecta, podía mirar todo lo que quisiera.

Lan Zhan fue al área de la cocina y comenzó a sacar cosas de los armarios mientras hacía el café de la mañana.

Wei Ying hizo una nota mental para prender la máquina antes de que su compañero se despertara a partir de ahora. Era poco por hacer, pero estaba seguro de que Lan Zhan lo apreciaría.

—¿Es seguro para ti estar allí? —preguntó Lan Zhan mirándolo mientras se frotaba un ojo adormecido.

—¿Hmm? —balbuceo Wei Ying, muerto temporalmente por la adorable manera en la que lucia el hombre frente a él—. Oh, ¿te refieres al sol? Sí, estoy bien. El sol está detrás de la casa.

Lan Zhan asintió y apoyó los codos en el mostrador, esperando que se preparara su café.

—Te encantará aquí en el invierno, mucha nube y, a veces, mucha nieve.

Los dos compartieron una mirada mientras recordaban la presencia a largo plazo de Wei Ying en la manada.

—En realidad, odio el frío —respondió sin querer pensar demasiado en los próximos seis meses—. Soy como un lagarto. Puede que sea de sangre fría, pero busco el calor.

Apareamiento arreglado [WangXian] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora