El bullicio y la tenue luz que entraba por mi ventana me hicieron abrir una vez más los ojos aquella fría noche. Me levanté para cerrar la ventana y correr las cortinas con la esperanza de conciliar el sueño de nuevo sin que mi rostro fuera iluminado. Al acercarme, una seca brisa tocó mi piel y movió mis negros cabellos. El viento provocó en mí una gran tos y de inmediato terminé de cerrarla. Luego de que mi tos se detuviera, me dirigí a mi cama para intentar inútilmente dormir. Parecía una noche normal en la que el insomnio me volvía a atacar, pero algo en el ambiente me hacía pensar que no era así.
Sentía un punzante dolor en el pecho, acompañado de una extraña sensación de vacío. Siempre había sentido que me faltaba algo pero nunca había sido tan apremiante la necesidad de conseguirlo como lo había sido esa madrugada, pues ya el reloj marcaba las doce y diez minutos. Anteriormente, cuando no podía dormir siempre era capaz de encontrar algo que hacer hasta que pudiera descansar. Sin embargo, aquella ocasión nada me llamaba la atención y un fuerte fastidio invadía mi cuerpo.
Lo único que quería era hallar eso que me faltaba y aunque no acostumbraba salir a esas horas, el deseo de encontrar aquel desconocido y perdido tesoro me motivó a hacerlo. Me encontraba caminando sin rumbo alguno las calles de la iluminada Yokohama, a pesar de que el frío aire podía perjudicarme no me importaba. En mi mente solo resonaba el anhelo de tener lo que podía llenar mi corazón. No estaba prestando atención a nada a mi alrededor, tanto personas como vehículos iban y venían cerca de mí sin que realmente me diera cuenta.
Estaba completamente perdido en mis cavilaciones, intentando descubrir que era aquello que mantenía tan inquieto a mi tranquilo espíritu, y entonces, en medio de los miles pensamientos que me inundaban levanté mi rostro, y mi mirada que hasta ese momento no se había despegado del suelo, se cruzó con un bello color dorado presente en unos extraños ojos.
Solo fueron unos segundos, quizá menos, y aún así me encontraba enclaustrado en ese lloroso mirar que cada vez se alejaba más. Incluso si olvidara mi propio nombre y todo lo que me define, jamás olvidaría cómo tus ojos brillaban cuando la luz se reflejaba en las lágrimas que estaban a punto de desbordarse. Todavía me pregunto que te habrá hecho llorar.
¿Cómo se describe ese raro sentimiento que tuve cuando mis grises ojos se toparon con los tuyos? Mi cuerpo entero se estremeció, mi inexperto corazón se aceleró y el esfuerzo que hice para no caer fue grande. A mis 20 años de vida jamás había experimentado algo así. Tenía tantas ganas de correr hacia ti y enjugar tus lágrimas, sentía la mayor seguridad de que si estaba contigo y tú conmigo mi vacío se llenaría y tú ya no llorarías.
Quise ir a ti y abrazarte pero ya no estabas, seguramente el auto en el que ibas se movía tan rápido que a mis piernas no se les daría la oportunidad de alcanzarlo. Todo lo que pude hacer fue recuperar mi compostura mientras pensaba en si me habías notado y si ese fuera el caso pensaba en que impresión te habría causado, ¿acaso te sentiste igual que yo? ¿habrás querido estar a mi lado?
Hoy, después de meditar por fin sé que lo que siento por ti es amor. Tal vez suene raro, es decir, no te conozco, no sé tu nombre y solo te vi una vez por pocos instantes ¿Cómo podría enamorarme con tan poco? La verdad es que ni yo mismo lo entiendo, pero no es necesario que lo comprenda.
Basta con saber que ese día te encontré y que estoy seguro de que eres lo que me faltaba. Ya hacen dos años desde que te vi por primera vez y también por última, dos años desde que me enamoré por primera y única vez.
He vivido estos últimos años guardando la esperanza de algún día volverte a ver y que esa vez pueda abrazarte y decirte lo que siento y que te quedes conmigo para siempre.
Espero el gran día en que pueda preguntar tu nombre y yo pueda decirte el mío, el día en que pueda acariciar tus albinos cabellos y deleitarme en tus dorados luceros, en el que pueda escuchar tu voz hablándome.
Y comprendo que habrá dificultades, que quizás no llegues a encariñarte conmigo o que no quieras leer esta carta que he escrito para ti, pero nada de eso importa, sé que mi amor por ti es tan grande como para afrontarlas. Lo sé porque desde aquella vez has sido tú mi razón de vivir.
-Akutagawa Ryuunosuke
![](https://img.wattpad.com/cover/252458135-288-k954724.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Carta a mi amor
RandomRyuunosuke Akutagawa escribe una carta a su amor platónico con la esperanza de algún día encontrarlo y entregársela.