El inicio del sentimiento

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Se recostó en el hombro del mayor viendo el fino atardecer poco a poco desaparecer, recordando tantas noches al lado de la persona que en ese momento le sostenía de su hombro derecho.

Jeon Jungkook nunca fue alguien que se dedicase al amor por entero; sin embargo, siempre había sentido que existía alguien en el mundo destinado para él. Extrañaba a esa persona sin siquiera conocerle, le quería sin siquiera mirar su rostro y soñaba con ella sin saber cómo se veía; solo sabía lo mucho que le hacía sentir.

Aquellos sentimientos le hacían sentir diferente y especial, a pesar de ello siempre tuvo miedo de comentarle a alguien aquello que sentía por miedo a que simplemente lo ignoraran, él estaba consiente de que no muchos conocían el sentimiento que en él existía. En todos sus largos 22 años guardó todo lo referente a ese sentir y esa persona que ni siquiera estaba seguro de que existía, ignoraba cada que sentía mal de repente o las noche sin dormir, añadiendo la felicidad de pensar en ese ser.

Jeon Jungkook no tenía experiencia en el amor, nunca lo experimentó antes, mucho menos con tal intensidad como ahora. Sin embargo extrañamente siempre salían palabras, siempre podía completar una delicada poesía con sublimes elogios hacia alguien invisible.

Siempre tuvo gustos hacia alguna persona, como todo adolescente o niño experimentó la ilusión, pero aún siendo correspondido no pasaba de ser eso: una ilusión.

Jungkook nunca tuvo la seguridad de que alguien le gustara por completo o que pudiera enamorarse, al menos no hasta ese momento.

Esos ojos color café ¿Amor a primera vista? Quién sabe. El joven solo estaba seguro de que si el mundo quería que él se enamorara , había enviado a la persona correcta, y en ese momento de cruzar miradas solo agradecía los berrinches de su amigo porque lo supliera ese día en su trabajo.

-Entonces ¿Cómo es que nuestras almas están unidas?- cuestionó al peliazul  queriendo averiguar más sobre el tema.

-Es fácil- dijo con simpleza.

-No lo creo, no claro que no. Es todo menos simple —respondió calmadamente— Y me gusta que sea así.

-Cariño, te contaré una historia  —añadió mirando al pequeño de tes blanca junto a su hombro —Hace tiempo existió en esta tierra un gran amor, uno de los más fuertes y puros, una magia casi inexistente —contó, recordando cada que su madre y su abuelo contaban ese suceso, siempre le agradó esa historia y la usaba para conciliar el sueño algunas noches, aún más cuando tenía pesadillas— Uno de ellos era un hada, y el otro un ángel, dos seres mágicos que se amaban como no cualquiera en esta tierra puede-soltó un suspiro- yo soy un descendiente de ese gran amor, por ello todos mis hermanos y yo estamos destinados a encontrar el amor, uno verdadero.

-¿Y no existen otros grandes amores? O ¿es el único?-cuestionó confundido el más pequeño.

-Los hay, pero no tan especiales, encuentran el amor sin darse cuenta y muchas veces por acciones humanas terminan separándose. No todos merecen encontrar algo tan puro como el amor- contestó nostálgico.

—El amor puro, es tan grande, no creo que sea porque no lo merezcan, sino que muchas veces no son capaces de soportarlo —suspiró- Cuando entraste al café ¿Sabías que me encontrarías?

-No lo sabía, solo sentí que me encontraría algo maravilloso-respondió la interrogante levantando su mirada y observando los oscuros orbes del contrario, tan expresivos como la noche y tan suaves como la brisa que golpeaba su rostro-Pero no pensé que tanto- completó.

「 𝕰𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗...𝖙𝖎𝖊𝖓𝖊 𝖒𝖆𝖌𝖎𝖆? 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora