Prologo.

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E L E C C I O N E S

Borja sentía su estómago revolverse, pero no del odio, no, él sentía vergüenza, vergüenza por intentarlo, él sabía que iba a ser difícil, pero resultó ser imposible, tomó una bocanada de aire, se acercó a él que era el nuevo alcalde, en ese momento todos guardaron silencio expectantes ante lo que estaba apunto de pasar, pero lo que sucedió sorprendió hasta al mismo Lolito.

El castaño lo abrazó temblando, cuando se separó del abrazo le felicitó y se fue, con una sonrisa, jamás había dado una sonrisa tan vacía y dolorosa como esa antes.

Cuando llegó a su casa, cerró la puerta e inmediatamente calló rendido al suelo llorando, sentía odio, pero no hacia los demás, sentía odio hacia sí mismo, se sentía inútil. Él no se preguntaba si había hecho algo mal, él sabía que había hecho algo mal, no estaba seguro de en qué había fallado, pero si estaba seguro que era sólo su culpa, que los demás vieron que no era el indicado, que era demasiado inútil para ese puesto.

Se abrazó a sí mismo ocultando su cara en sus piernas, mientras pensaba en lo tonto que había sido a su parecer.

Manolo se acercó a él, Borja río y lo acarició mientras tenía una sonrisa triste, se limpió las lagrimas y cargó a su cerdito para ir hacia su habitación, ya allí se acostó en la cama viendo fijamente el techo mientras se perdía en sus pensamientos.










Esto es re dramático.
Tomen agua y lávense las manos.
Fin del comunicado.

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