Diferentes Mundos (popee x tu)

arreglo

Narra popee

Al terminar el acto, T/N se vei muy feliz y sorprendida viendo que nada le había pasado a keda.

-popee ya no quiero hacer más esto- decía keda caminando su máscara a una llorando

–no seas exagerado keda– dije golpenadole la espalda a keda

–siento que eres muy valiente keda– decía T/N con una sonrisa

–lo dices en serio?– pregunto keda con una sonrisa

–claro, soportas todos los trucos horribles que te hace popee–

–a el le gustan estos trucos así que no esta soportando nada– dije cruzándome de brazos

–mentiroso– dijo rápidamente T/N

–cierra el pico– la miré seriamente

–perdón don gruñon– di un pequeño suspiro al escucharla decirme así

–hola niños, veo que están haciendo el truco que te enseñe popee– y de repente papi esta aquí

Me puse algo nervioso, sabía que debía arreglar estos problemas con el pero no sabía cómo y también ¿porque debo ser yo el que se disculpe?

–bueno no fue gracias a ti que lo aprendi– dije algo molesto

–y quien te regalo ese libro de truscos?–

–quieres que te lo devuelva o que?– me molestaba cada ves más su presencia.

Desde que tuvimos esa discusión me incomoda mucho la presencia de papi por alguna estraña razón.

–no popee, tranquilo es un regalo que te di–

Es verdad el me dio este regalo cuando se enteró de que empecé a tener un interés en todo lo relacionado con los trucos o el circo.

Por alguna razón ese pensamiento me hizo sentir mal, me sentía un pésimo hijo, aún siendo el un padre ausente intentaba ser cariñoso y siempre me daba detalles.

No me di ni cuenta cuando mis ojos se pusieron llorosos.

–oye popee te encuentras bien?– T/N se había percatado de mi estado

Me limpié la cara intentando que las lágrimas no salieran, levante mi rostro y vi la mirada de aquellos presentes pegada en mi.

–que miran? Solo estoy cansado– di un pequeño quejido –mejor me largo a descansar, nos vemos al rato–

Salí lo más rápido de ese lugar sin mirar hacia atrás, sentía aquellas mirada pero no me volteaba, me alejé a paso lento que aquel lugar sabiendo que si salía corriendo llamaría mucho la atención.

Ya estando lejos me acoste en mi silla y di un suspiro de alivio, cubrí mi rostro con una de mis manos para que no me llegara el brillante sol.

–que puedo hacer?–

Escuche un ruido a mi lado y quite aquella mano de mi rostro para ver que era o quien era.