¿Quién es Kerstin Meyer?

Capítulo 1

Nicolás tenía 19 años cuando pasó todo, vivía en Alemania, cerca del bosque hayedo spessart. No tenía muchos amigos en ese entonces, ya que los vecinos que había era gente mayor, no había adolescentes de su edad para pasar el rato juntos o hacer unos amigos, puesto que se había mudado para concentrarse en los estudios de su carrera.

Una tarde caminando por el puente que atravesaba el lago Lippitt, decidió investigar un poco más del bosque, porque no lo había recorrido completamente; En eso que encuentra una pequeña cabaña, decidió revisar, en caso de que hubiera algún vecino saludarle.

La vio de lado a lado y no encontró nada que indicara que alguien vivía allí, intentó entrar por la puerta, tomó la manija e intentó abrirla, pero no pudo. parecía que algo la estaba tapando por dentro que impedía abrirla desde afuera; Fue entonces que decidió ver hacia el techo. ¡había una chimenea! podía entrar por ahí, era bastante ancho como para que el cupiera, vio como poder subirse, había un árbol muy cerca del techo, y más suerte, una rama grande y fuerte sobre este; Se trepó en el tronco, y subió sin ninguna dificultad, encontrando como subir llego a la rama, y saltó hacia el techo de la cabaña, el cual no resistió su peso y se rompió, dejándolo caer en el interior de esta; Aunque decidió irse a casa, ya que estaba oscureciendo y no quería saber que le podía pasar en ese tétrico lugar que desprendía miedo, fue peor salir que entrar a la cabaña, llego a casa con las manos llenas de astillas.

A la mañana siguiente, se despertó decidido a ver como entrar a esa cabaña, desayuno lo más rápido que pudo, luego de su clase online de las 09:00 AM - 11:00 AM inmediatamente se fue a aquel lugar. En el camino se topó con don Anselmo, un viejito de 78 años estadounidense que aprendió a hablar alemán, aunque Nico le hablaba en inglés, pues así no se le complicaba tanto al señor. Don Anselmo le saludo muy amablemente mientras se cruzaban por el puente, este le devolvió el saludo y le preguntó.

- Perdone, ¿usted sabe de una cabaña que hay en el bosque? creo que está abandonada

Don Anselmo negó saber de la existencia de esta casa

- No, yo no sabía de ninguna casa que estuviera en medio del bosque en todo el tiempo que he estado aquí - habiendo escuchado la respuesta, se despidió de don Anselmo y siguió su camino hacia aquella extraña casa.

En la entrada del bosque se puso a pensar en aquello que le respondió su vecino, ¿cómo no iba a saber de la casa si él ha estado viviendo más que yo aquí? seguramente, pensó, la edad no le dejó investigar todo el bosque como lo estoy haciendo yo.

Al llegar al lugar donde, según él, estaba la cabaña, no la encontró. Recorrió lo más que pudo para poder encontrarla, y si, la halló, ¡pero en lo profundo del bosque! tanto así que pensó que se había perdido; miró su reloj y este indicaba las 13: 25 PM. ¿tanto tiempo pasó buscando la cabaña? pensó que solo había ingresado hace apenas media hora a lo mucho.

Se había traído consigo una escalera para poder subir al tejado de esta, cuando la instalo, sacó de su mochila una linterna para poder ver mejor en la oscuridad de su interior. Subió, y se dio cuenta de que el agujero por donde había caído no estaba, solo las tejas sucias y mal puestas. Antes de poner un pie en el tejado tomó una piedra que estaba por ahí, y la tiró encima. No cayó. al darse cuenta, escaló hacia arriba y ¡PUM! cayó dentro de nuevo.

- ¿solo me tienes manía a mí, ¿eh? - dijo en susurro.

Prendió la linterna para ver qué había dentro de la cabaña, había un lavadero lleno de platos sucios, una mesa con mucho polvo y una estantería con libros viejos, también con polvo. En el suelo había escobas, trapos, ropa desgarrada de mujer y también había un marco de foto que tenía el cristal roto. Nico la tomó con cuidado para no hacerse herida, la miró y vio que era de una mujer, que parecía ser la madre, un hombre robusto, supuso que era el padre; una niña pequeña que parecía de 14, la menor debía ser; un joven como de su edad, el hermano del medio; y finalmente, una mujer alta y con rasgos muy finos, parecía casi como la madre, 

 - ¿la hermana mayor ha de ser? - pensó en voz alta.

Tomó su mochila y metió la foto para llevársela y luego ver qué podía hacer con ella; se la acomodó y siguió rebuscando entre el polvo. vio la estantería y tomó uno de los libros que había, este se titulaba ''Días de Sol'' no se veía el autor, por lo que lo volvió a dejar y tomó otro, este parecía una libreta, se llamaba ''Diario de Madeleine'' pensó que quizás podría ser de la persona que vivió allí, y que después desapareció o eso es lo que pensaba hasta que lo abrió, y había una dedicatoria. 

- solo hay dedicatorias en libros...

Amargado lo quiso devolver para sacar otro, pero al momento de dejarlo vio que detrás de la estantería había una especie de tubo. Lo tomo e intento ver de donde era, una idea le surgió de la nada, mover el estante. con toda la fuerza que tenía tomó un extremo de la madera e intentó moverla hacia un lado para ver que había; Encontró una escalera para subir al segundo piso, 

 - ¿Cómo va a ser de dos pisos si por afuera se ve de una planta solamente? - la subió y trató de abrir la pequeña puerta, le costó, pero lo logró. 

Al abrirla, lo primero que vio fue un pequeño haz de luz, que provenía de una ventana cubierta de maleza u hojas de los árboles más cercanos. Se puso de pie y prendió la linterna, moviéndola de un lado a otro, para poder ver todo, en una de las paredes, encontró un interruptor para encender la luz, supuso que no encendería, pero la prendió de todos modos, increíblemente la luz encendió de un golpe y luego se propagó por toda la habitación.

Niko apagó la linterna e investigó el lugar.

Todo estaba cubierto de polvo, parecía que era una habitación, con cama, mesita de noche, guardarropa, y también había un tubo pequeño, por donde se almacenaba la ropa sucia, como era de esperarse lo abrió y estaba repleto de ropa sin lavar; Lo dejo ahí porque olía peor que el queso azul, siguió mirando. Decidió revisar la mesita de noche, quizás en alguno de los cajones tenía algo interesante. Abrió el primer cajón, había un periódico, la fecha indicaba que fue el 27 de diciembre de 1956. Este estaba informando sobre una persona desaparecida, Herman Meyer Fischer. Quizás él sea el propietario de la cabaña; quiso abrir el segundo cajón, estaba cubierto de maleza y tierra, cuando lo abrió encontró un libro pequeño de color morado, lo hojeo y se devolvió al inicio, el cual decía el nombre de ''Kerstin Meyer Fischer''.

¡Ese debe de ser el nombre de la persona que vivía en esta cabaña! tomó otra vez su mochila y la puso dentro, junto con la linterna, su celular y el marco de fotos. Cuando iba a abrir el tercer cajón le recorrió todo el cuerpo un escalofrío. Decidió hacerse el valiente y lo abrió, pero con los ojos cerrados. Abrió el derecho primero, y vio que había un revólver, con 5 balas, y una caja de estas. Después de abrir todos los cajones, Niko se quedó con muchas preguntas ¿Por qué se dejó el arma? ¿Quién es Kerstin Meyer? ¿Es hombre o es mujer? ¿El hombre desaparecido es su hermano? ¿Qué hacía en medio del bosque?

Eligió salir de la casa antes de que sea muy tarde, vio su reloj y eran las 15: 38 PM. Salió por la puerta, y se dirigió a su casa. Se fue a su recamara a dormir y las preguntas de antes le quitaron el sueño, pero una pregunta lo hizo quedar perplejo ¿Cómo demonios salió por la puerta de la casa si esta estaba bloqueada cuando intentó abrirla?

Como no pudo dormir quiso leer el diario de Kerstin, para ver qué más podría investigar.  Cuando se despertó en la mañana, vio que se había quedado dormido leyendo el diario, llegó hasta el día 27, a punto del 28 y se durmió, quiso sacar de su mochila la foto familiar que tenía de la persona, pero no la encontró. Cuando bajó por las escaleras, se topó en la mesa de su comedor con la foto. ¿Quién diablos dejo la foto ahí? quería pensar que no fueron los diablos que dejaron la foto ahí. La tomó, y mientras tomaba desayuno siguió leyendo el diario, con la foto en su mochila.

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