Autumn estaba distraída. Miraba hacia la ventana, mientras las hojas de los arboles caían frente su nariz. Todo estaba frío. Era uno de esos dias de muchísima helada, pero era raro para ella ver eso en esta época del año.
Los colores le fascinaban, el amarillo, naranja y rojo juntos eran una obra de arte.
Pensaba que en cualquier momento, un loco artista con mucho abrigo se iba a sentar en la calle a ponerse a hacer una pintura.
Sus pensamientos divagaban de los mas raro a lo mas común. Desde como la estarían pasando los amigos de la familia, Phil y Claire que se fueron hace poco a la nieve porque les encantaba en frío, hasta qué sería de la vida de ese pequeño perro que se cruzó en la calle unos pocos días atras mientras su hermano mayor Mitch la llevaba al instituto.
La vida estaba llena de preguntas que son inevitablemente imposibles de responder y eso molestaba mucho a Autumn.
Ella era una chica curiosa y inusual, siempre estaba arreglada, con su pelo rubio peinado en ondas hechas con el rulero, y su ropa planchada y perfumada con su perfume de Nina Ricci. No le podía faltar.
Su gatita Sekiss estaba sentada junto a ella, mirandola, tratando de averiguar como hacer para que le de de comer antes de la hora indicada. Amaba a su pequeña gatita, era tan linda y cariñosa. A veces era la unica que se interesaba por lo que tenía para decir ¿Gracioso no? Una chica de 16 años que solo habla con su gata. Pero bueno, ella era tímida.
Cuando Autumn tenía trece años su hermanita menor, Summer (a sus padres le parecía original ponerle a sus hijas como estaciones pero no lo era) falleció de leucemia. Y la herida seguí abierta, no solo para ella sino para toda su familia.
Sus amigas, o eso pensaba, Grace y Marie-Anne estubieron con ella cuando estubo muy triste, pero con el tiempo la amistad se fue marchitando. Autumn no quería salir, siempre estaba deprimida, solo iba al instituto a estudiar y eso fue deteriorando todo. Ahora, era el 14 de Octubre de 2014, y ella tenía solo un deseo. Quería que la herida por fin cierre y poder tener una vida, aunque sea sin su hermosa hermanita.
Lo que ella no esperaba es que alguien iba a venir a ayudarla a seguir adelante.
Y le abriría los ojos.
