Greg camina ente el gentío del centro comercial. Busca algo y parece ansioso. Entra a cada local con un único objetivo: esmaltes de uñas.
Su ropa es de color violeta y ese, es el color en particular que busca. La gente lo mira con gesto de sorpresa. Es raro ver a un hombre adulto vestido de aquella manera. Él no se percata de las miradas a su alrededor. Parece no importarle que su ropa sea llamativa ni mucho menos que las personas lo miren de reojo para luego murmurar a sus espaldas.
Sus pasos se detienen, al detectar en un local el color de esmaltes que busca. Una gran emoción lo embarga y se apresura para adquirirlo. Compra dos esmaltes y los guarda con mucho cuidado dentro de su mochila. Él camina triunfante hasta su vehículo. Encontró lo que tanto buscó y está satisfecho.
Se dirige a su trabajo como enfermero, en una policlínica. Para sorpresa de todos allí, esta vistiendo un ambo totalmente violeta. Pero su sorpresa llega al punto máximo cuando se percatan de algo: sus manos. Sus uñas están pintadas del mismo color combinando con su ropa.
Las administrativas detrás de sus gabinetes, no dicen nada y tratan de pasar por alto al teletubbies viejo que camina por los pasillos. Todos murmuran pero no tienen la valentía de decirle en su cara lo que piensan. Greg es conocido por su frio carácter y no quieren enfrentarse a su helada mirada.
Abre la puerta de su oficina y el enfermero que se encuentra sentado delante de la computadora, lo mira boquiabierto. No puede concebir la idea de que aquel hombre, tan serio y simple al vestir, aparezca de esa manera.
—¿Qué sucede, Greg? ¿Perdiste alguna apuesta y no me entere? —le pregunta mientras lo examina de arriba abajo.
Su examen termina cuando se topa con algo que lo deja perplejo. No aparta su vista de las uñas de Greg.
—¿Eso es, lo que creo que pienso? —cierta incertidumbre se vislumbra en la voz del enfermero.
Greg sigue la mirada de su amigo y ve lo que tanto le sorprende. Levanta ambas manos y las deja a la vista.
—¿No es precioso? Me costó mucho encontrar un esmalte de este color.
Su amigo comienza a pensar que algo debe sucederle porque no es común que él se comporte de aquella manera y menos, tan desenvuelto. Sin importarle llamar la atención de los demás, algo que siempre detesto desde joven.
—Estoy comenzando a pensar que te has dado un fuerte golpe en la cabeza —lo mira fijo, buscando algún indicio de hinchazón por la cabeza de Greg.
Él lo ignora y empieza con su trabajo.
*****
Los días pasan y el comportamiento de Greg parece que no cambia.
Él esta hiperactivo y siempre está metido en algún local comprando algún esmalte. Al principio, su esposa supuso que aquellos esmaltes serían para ella. Lo más lógico, viniendo de alguien tan chapado a la antigua como su marido. Pensamiento que comenzó a decaer al ver que aquellos esmaltes los usa él para combinar con sus ambos. Primero pensó que por culpa de alguna apuesta, Greg terminó vestido de violeta. Ahora comienza a dudar de sus suposiciones. Ayer lo vio vestido con un ambo azul, un color que resalta sus hermosos ojos . Hasta que se percató que sus uñas estaban pintadas del mismo color. Eso es el indicio que le da el hincapié para comenzar a preocuparse.
Ella lo observa y puede ver que algo no anda bien con él. Cuida que su esmalte no se corra e incluso, vuelve a pintarse las uñas si se corre. Sus manos no son algo que admirar. Al contrario, dan lastima. Greg desde que es un niño se come las uñas. Es un hábito que lucha por sacarse pero que nunca pudo superar. Ahora, se las cuida y eso le llama la atención a su esposa.
ESTÁS LEYENDO
FRÍA VENGANZA (Dcyc)
Short StoryGreg tiene una extraña obsesión por los esmaltes y sus constantes cuidados hacia su mano preocupan a su familia, especialmente a su esposa. Pero, ¿qué tiene que ver su hermano con esta reciente obsesión?