Promesa de sábado por la noche

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Estaban acostumbrados a este ritmo de vida.

Levantarse durante la madrugada o mientras está saliendo el sol, tener el celular al lado suyo como si se tratara de un aparato indispensable para seguir viviendo, agendar las videollamadas que tenían con el otro, dedicarse a subir historias en cualquier aplicación para decirse a la distancia lo mucho que se querían. No, no era fácil, muchas veces se quedaban dormidos, otras el tiempo les consumía y en algunos momentos ni sabían que inventar para sentirse cerca pero lo importante era que a pesar de todo, seguían juntos. 

Y es que una relación a distancia no era cualquier cosa, se requería bastante compromiso, uno que no cualquiera podía adjudicarse. 

Si les preguntaran tiempo atrás si se imaginaban en una situación así, lo negarían profundamente, por una parte Miguel, quien vivía en Oaxaca, México,  jamás pensó tener una relación a su corta edad y mucho menos sentir algo tan fuerte por una persona al grado de componerle canciones todas las noches a la luz de la luna. Por otra parte Hiro, quien vivía en Tokyo, Japón, no lograba dimensionar como es que el amor podía ser tan ilógico que lo hiciera hacer cosas que él jamás pensó hacer por alguien más, darle tiempo de su vida a una persona por la que sentía tanto, daba miedo, mucho miedo pero estaba ya más que sistematizado en su cerebro. 

Estaban por cumplir tres años de relación, comenzaron desde muy pequeños y como un simple noviazgo inocente que no planeaban que llegaran más allá.

En realidad se conocieron desde los catorce y dieciséis años de edad, en Twitter mientras hablaban de su película favorita: IT. Ambos eran super fans y además estaban "metidos en el fandom" a más no poder. Su primer contacto fue siendo mutuals de Twitter, luego ambos se unieron a un grupo de Whatsapp para poder hablar más del tema y ahí nació la química entre ambos, aunque claro que no exponían mucho de su vida en aquella bandeja de conversación, a Miguel le daba miedo que en realidad fueran hombres de cincuenta años, panzones y feos, Hiro no tenía tanto tiempo para entablar amistad con alguien más, solo quería poder hablar de lo que le gustaba y ya. 

Tiempo después el staff hizo unas dinámicas para la Comicon, donde sin importar la nacionalidad ni el lugar ibas a ganar un pase para no solo estar presente en el panel de IT  la película que continuaría la saga, sino que también tendrían un meet&greet con el elenco ¡Y solo 10 personas serían las afortunadas! 

Fue obra del destino cuando el mexicano y medio japonés salieron ganadores de aquella dinámica, fue así como viajaron a Estados Unidos, se divirtieron en el panel y además lograron hablar con los actores de la película. Un sueño hecho realidad. Miguel estaba nervioso a más no poder ese día, sobre todo porque no hablaba inglés más que lo básico de lo básico, pero fue un factor importante para que Hiro hiciera de traductor con las celebridades y el equipo de Staff, se dieron cuenta que su interacción fluyó más rápido que pez en el agua por lo que decidieron hacer el recorrido de toda la convención juntos, el papá de Miguel y la tía Cass, quienes se convirtieron en sus acompañantes por ser menores de edad, al ver la relación tan dinámica entre ambos decidieron dejarlos solos todo el día mientras ellos descansaban. 

Hubieron risas, chistes, descubrimientos de nuevas series y películas por ver y al final del día mientras se pasaban sus números se percataron de la trampa del destino: No solo ya se conocían de hace meses, sino que llevaban un año siendo contacto en Twitter.

Se rieron como locos y sintieron que era una señal. 

Como sabrán, la historia terminó en que se enamoraron. 

Ese sábado fue único para ellos, además de pasar todo el resto del fin de semana con el otro, se llevaron un grato recuerdo y con esa sonrisa que apareció al momento de encontrarse, se fueron a sus hogares respectivamente. 

Promesa de sábado por la noche [HIGUEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora